lunes, 3 de mayo de 2010

Tenir por a la vellesa

La Dama de las Camelias, Alexandre Dumas (1824-1895)

… y me decía que Dios había sido clemente con ella, puesto que no había permitido que llegara a sufrir el castigo ordinario, y la había dejado morir en medio de su lujo y belleza, antes de la vejez, esa primera muerte…

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