jueves, 29 de abril de 2010

Una realitat

La Dama de las Camelias, Alexandre Dumas (1824-1895)

-Ah! -continuó con esa insistencia típica de la mujer que puede decir: "Qué razón tenía yo!"-. ¿Cree que basta amarse e irse al campo a vivir una vida pastoril y vaporosa? No, amigo mío, no. Al lado de la vida ideal existe la vida material, y las resoluciones más castas están sujetas a la tierra por hilos ridículos, pero de hierro, y que no se rompen tan fácilmente.

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