lunes, 31 de mayo de 2010
miércoles, 26 de mayo de 2010
Monotonizar la existencia
Dublinesca, Enrique Vila-Matas (1948)
Aunque hará bien en no olvidar que una persona sabia es aquella que monotoniza la existencia pues, entonces, cada pequeño incidente, si sabe leerlo literalmente, tiene para ella carácter de maravilla... O pensar lo que piensa ahora: que hará bien en monotonizar su existencia y tratar de buscar, donde pueda, esas maravillas ocultas de su vida cotidiana que, en el fondo, si quiere, sabe perfectamente encontrar.
Aunque hará bien en no olvidar que una persona sabia es aquella que monotoniza la existencia pues, entonces, cada pequeño incidente, si sabe leerlo literalmente, tiene para ella carácter de maravilla... O pensar lo que piensa ahora: que hará bien en monotonizar su existencia y tratar de buscar, donde pueda, esas maravillas ocultas de su vida cotidiana que, en el fondo, si quiere, sabe perfectamente encontrar.
lunes, 17 de mayo de 2010
Alguien que te quiera
Dublinesca, Enrique Vila-Matas (1948)
El libro habla de la euforia que le provocaba a Behan aquella enérgica ciudad en la que, al caer la tarde -seguramente la tarde de su propia vida-, se le hacía siempre patente que a fin de cuentas lo único importante en este mundo es "tener algo que comer y algo que beber y alguien que te quiera".
El libro habla de la euforia que le provocaba a Behan aquella enérgica ciudad en la que, al caer la tarde -seguramente la tarde de su propia vida-, se le hacía siempre patente que a fin de cuentas lo único importante en este mundo es "tener algo que comer y algo que beber y alguien que te quiera".
lunes, 3 de mayo de 2010
Tenir por a la vellesa
La Dama de las Camelias, Alexandre Dumas (1824-1895)
… y me decía que Dios había sido clemente con ella, puesto que no había permitido que llegara a sufrir el castigo ordinario, y la había dejado morir en medio de su lujo y belleza, antes de la vejez, esa primera muerte…
… y me decía que Dios había sido clemente con ella, puesto que no había permitido que llegara a sufrir el castigo ordinario, y la había dejado morir en medio de su lujo y belleza, antes de la vejez, esa primera muerte…