martes, 16 de diciembre de 2008

A mi no em passa...

El miedo a la libertad, Erich Fromm (1900-1980)

Los trajes o las casas de cada hombre eran parte de su yo tanto como su cuerpo. Cuanto menos se sentía alguien, tanto más necesitaba tener posesiones. Si el individuo no las tenía o las había perdido, carecía de una parte importante de su yo y hasta cierto punto no era considerado como una persona completa, ni por parte de los otros ni de él mismo.
Otros factores que respaldaban al ser eran el prestigio y el poder. En parte se trataba de consecuencias de la posesión de bienes, en parte constituían el resultado directo del éxito logrado en el terreno de la competencia. La admiración de los demás y el poder ejercido sobre ellos se iban a agregar al apoyo proporcionado por la propiedad, sosteniendo al inseguro yo individual.
Pero aquellos que sólo poseían escasas propiedades y menguado prestigio social, la familia constituía una fuente de reputación individual. Allí, en su seno, el individuo podía sentirse alguien.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Humilitat

El miedo a la libertad, Erich Fromm (1900-1980)

...al tener conciencia de sí mismo como de algo distinto a la naturaleza y a los demás individuos, al tener conciencia de la muerte, la enfermedad y la vejez, el individuo debe sentir necesariamente su insignificancia y pequeñez en comparación con el universo y con todos los demás que no sean "él".

lunes, 24 de noviembre de 2008

El hombre moderno

El miedo a la libertad, Erich Fromm (1900-1980)

…el hombre moderno, liberado de los lazos de la sociedad preindividualista –lazos que a la vez lo limitaban y le otorgaban seguridad-, no ha ganado la libertad en el sentido positivo de la realización de su ser individual, esto es, la expresión de su potencialidad intelectual, emocional y sensitiva. Aun cuando la libertad le ha proporcionado independencia y racionalidad, lo ha aislado y, por lo tanto, lo ha tornado ansioso e impotente. Tal aislamiento le resulta insoportable, y las alternativas que se le ofrecen son, o bien rehuir la responsabilidad de esta libertad, precipitándose en nuevas formas de dependencia y sumisión, o bien progresar hasta la completa realización de la libertad positiva, la cual se funda en la unicidad e individualidad del hombre.

martes, 18 de noviembre de 2008

El narishe bucher

Si ahora no, ¿cuándo?, Primo Levi (1919-1987)

“¿Quién es el rey sin tierra? ¿Qué agua no arrastra arena? ¿Qué es más rápido que un ratón? ¿Qué es más alto que una casa? ¿Qué es lo que puede abrasar sin llama? ¿Qué puede llorar sin lágrimas?”.
“El rey sin tierra es el rey de las cartas. El agua sin arena es la de las lágrimas. Más rápido que el ratón es el gato, y más alto que una casa, su chimenea. El amor puede abrasar sin llama, y un corazón puede llorar sin lágrimas”.
Tumbala-tumbala-tumbalalaika,
tumbala-tumbala-tumbalalaika,
tumbalalaika, shpil balalaika,
tumbalalaika, frailech sol sain!

lunes, 10 de noviembre de 2008

Fer teatre
























Xicra aportada per Pep Soldevilla

La religió

تصوف taṣawwuf
Poemas sufíes, Yalal ud-Din Rumi (1210-1273)

"¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mi mismo. No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego. No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia.No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán.No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno. No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni Rizwán.Mi lugar es el sinlugar, mi señal es la sinseñal. No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno; Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida;no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana".

lunes, 3 de noviembre de 2008

En l'eufòria d'una passió

Dublineses, John Huston (1906-1987)

Que pequeño papel he representado en tu vida. Es casi como si no hubiera sido tu marido. Como si nunca hubiéramos convivido como marido y mujer. Cómo eras entonces? Para mí tu cara sigue siendo preciosa, pero ya no es aquella por la que Michael Fiury dio su vida. Por qué siento este torbellino de emociones? Qué las ha despertado? El recorrido en el coche de punto? Tu indiferencia al besarte la mano? La fiesta de mis tías? Mi estúpido discurso? El vino, el baile, la música? Pobre tía Julia, que expresión tan vacilenta tenía mientras cantaba Ataviada por la boda. Pronto será también una sombra; como la sombra de Patrick Morken y su caballo. Quizá pronto me siente en ese mismo salón, vestido de negro. Los visillos estarán corridos, y yo rebuscaré en mi mente palabras de consuelo, y solo encontraré algunas torpes e inútiles. Sí, sí, eso ocurrirá muy pronto.
Sí, los periódicos tienen razón. La nieve está cubriendo toda Irlanda, cae sobre toda la oscura llanura central. Sobre las colinas despobladas. Suavemente sobre los pantanos de Allen y más lejos hacia el oeste cae suavemente sobre las oscuras y revueltas aguas del Shanon. Uno a uno, todos nos convertiremos en sombras. Es mejor pasar a ese otro mundo impúdicamente en la plena euforia de una pasión que irse apagando y marchitarse tristemente con la edad. Cuanto tiempo has guardado en tu corazón la imagen de los ojos de tu amado diciéndote que no deseaba vivir. Yo no he sentido nada así por ninguna mujer, pero sé que ese sentimiento debe ser amor. Piensa en todos los que alguna vez han vivido, desde el principio de los tiempos, y en mí, transeúnte como ellos, fluctuando también hacia su mundo gris, como todo lo que me rodea. Este mismo sólido mundo en el que ellos se criaron y vivieron se desmorona y se disuelve. Cae la nieve, cae sobre ese solitario cementerio en el que Michael Fiury yace enterrado. Cae lánguidamente en todo el universo, y lánguidamente cae como en el descenso de su último final, sobre todos los vivos y los muertos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Unitat en la multiplicitat

Anibal, Gisbert Haefs (1950)

¿Una metrópoli para macedonios, escitas, tacios, armenios, persas, mesopotamios, árabes, helenos; centenares de lenguas y cientos de miles de costumbres unidas en una federación o un imperio, unidad en la multiplicidad, para hacer frente al monolito romano y su aniquilación de todo lo diferente? Los fragmentos del cuadro que Alejandro quiso dejar como herencia podrían volver a reunirse alrededor de un nuevo centro, sin violencia, para beneficio de todos;…

sábado, 18 de octubre de 2008

És una realitat

Tokio Blues, Haruki Murakami (1949)

Mientras vivimos, vamos criando la muerte al mismo tiempo. Pero ésta es sólo una parte de la verdad que debemos conocer. La muerte de Naoko me lo enseñó. Me dije: "El conocimiento de la verdad no alivia la tristeza que sentimos al perder a un ser querido. Ni la verdad, ni la sinceridad, ni la fuerza, ni el cariño son capaces de curar esta tristeza. Lo único que puede hacerse es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque todo lo que uno haya aprendido no le sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso". Pensé en ello, noche tras noche, en mi soledad, oyendo el ruido de las olas y el rugido del viento. Vacié muchas botellas de whisky, mordisqueé pan, bebí agua de la petaca en mi larga marcha hacia el oeste, con la mochila dando bandazos a mi espalda y el pelo lleno de arena…, día tras día de aquel principio de otoño.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Moments de lectura

Els nois de la història, Alan Bennet (1934)

“Els millors moments de la lectura son aquells en que et trobes amb alguna cosa – un pensament, una sensació, una manera de veure les coses – que fins aleshores et pensaves que era íntimament personal, que nomes era teva. I ara ho trobes plasmat per algú altre, una persona que ni tan sols coneixes, o que fa temps que és morta, fins i tot. I és com si hagués sortit una mà i hagués agafat la teva”

Xicra aportada per Eduard Solé

Un huec de montanha


E sabetz qu'ei un huec de montanha?Quan se hè bèra gessuda, ei costum de hèr peth ser un huec de montanha. Ath miei d'ua planhèra se hè un huec tamb troncalhs e brancum. Ath sòn torn era gent se sè e tòque era guitarra e se canten beròies cançons, dera tèrra a on se viu e tanben caçons popularsde d'auti païsi.Tanben se hèn jòcs de net, e jamès arrés non se n'anarie na cochar. Be n'ei de polit un huec de montanha pr'amor que ath miei dera net escura, sonque era lum deth huec, tamb es sues hlames berugadisses, e era lum des esteles enlumènen es arrirs e es cançons que possen des pòts des mainatges.

Xicra aportada per Eugènia Calero

Eurípides

Tokio Blues, Haruki Murakami (1949)

La característica de su obra radica en que hay diferentes cosas que se van complicando las unas con las otras hasta que cualquier movimiento se hace imposible. Salen muchos personajes, cada uno con sus propias circunstancias, razones y quejas, todos persiguiendo, a su modo, la justicia y la felicidad. Por ello, todos acaban encontrándose en un callejón sin salida. Lógico, ¿no le parece? Es imposible que prevalezca la idea de justicia, que todos alcancen la felicidad. Y se produce el inevitable caos. ¿Entonces qué cree usted que sucede? En realidad, algo muy simple. Al final aparece un dios. Y controla el tráfico. Tú vas para allá, tú te quedas aquí. Tú te juntas con aquél, tú te quedas aquí un rato quieto. Todo se resuelve. A esto se le llama deus ex machina. En las obras de Eurípides suele aparecer casi siempre un deus ex machina, y sobre este punto la crítica está dividida.
¡Sería tan cómodo que existiera un deus ex machina en el mundo real! ¿No le parece? Cuando alguien pensara: “¿Y ahora qué hago? ¡Estoy atrapado!”, un dios bajaría deslizándose desde lo alto y lo resolvería todo. Nada podría ser más fácil. En fin, esto es Historia del Teatro II. Éstas son las cosas que estudiamos en la universidad.

martes, 7 de octubre de 2008

Una pluja de gel a l'Ocata Vent


Xicra aportada per Josep Oriol Fernández

El poder de la música

Tokio Blues, Haruki Murakami (1949)

“Tal como he dicho antes, tocaba el piano desde los cuatro años, pero jamás por placer. Siempre lo hacía para pasar un examen, porque era una asignatura, para impresionar a los demás. Eso es importante, claro que sí, para llegar a dominar un instrumento musical. Pero cuando una llega a cierta edad, tiene que interpretar la música para sí misma. Ése es el poder de la música”.

viernes, 3 de octubre de 2008

El llibre objecte

Tokio Blues, Haruki Murakami (1949)

Ellos preferían a Kazumi Takahashi, Kenzaburo Oe, Yukio Mishima, o a novelistas franceses contemporáneos. Así pues, no tenía este punto en común con los demás, y leía mis libros a solas y en silencio. Los releía y cerraba los ojos y me llenaban de su aroma. Sólo aspirando la fragancia de un libro, tocando sus páginas, me sentía feliz.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Amor a la Vida

A la platja de Chesil, Ian McEwan (1948)

"Van dominar amb una facilitat magistral tot el ventall d´efectes harmònics i dinàmics, així com la rica escriptura contrapuntística que caracteritza l´estil tardà de Mozart. El seu Quintet en Re major no s´havia interpretat mai amb tanta sensibilitat". Al final de la crítica va voler destacar la líder del grup, la primera violí. "Aleshores va arribar un adagio extremament expressiu, d´una bellesa i un poder espiritual sublims. La senyoreta Ponting, amb la tendresa cadenciosa del seu to i amb la delicadesa lírica del seu fraseig, va tocar, si se´m permet l´expressió, com una dona enamorada, no solament de Mozart, o de la música, sinó de la vida mateixa".

viernes, 12 de septiembre de 2008

Les lleis del surf


Xicra aportada per Josep Oriol Fernández

jueves, 4 de septiembre de 2008

Expedició Istambul

Us podria ensenyar un munt de caixes plenes, abans de marxar, a punt per ser carregades. El desconegut temple romà de Nimes o l’amfiteatre de Verona abraçat pel sol del vespre a l’entrada del casc antic. Qualsevol racó d’aquella Venècia que no hagi conegut cap postal, o una terrassa plena de gent envoltada de geranis sota els para-sols, al costat del riu Sava a Ljubljana, als peus d’un castell medieval. Us podria explicar que la casualitat ens ha fet descobrir un munt de pobles tan desconeguts com interessants dels que no recordem el nom, o que ens ha fet conèixer gent més amable encara: italians, búlgars, croats o eslovens, gent generosa que et regala una síndria, un munt de tomàquets o, altres, uns préssecs acabats de collir. Tinc moltes fotografies en les que veuríeu com canvien les formes i els colors dels campanars i minarets, arcs i voltes de tots els temples de les diferents religions, les desiguals llums interiors d’una església ortodoxa, una sinagoga o una mesquita. M’encantaria fer-vos sentir el cant de l’imam a les cinc del matí dirigint el poble cap a l’oració, el so de l’orgue de la catedral de Nimes, el xiuxiueig d’una conversa a Aix en Provence, l’aldarull d’un sopar amb gent de Módena o el bufà d’aquell vent que no entén de fronteres entre els avets de Postojna que barren el pas a qualsevol raig de sol. Encara veig els llaços que dibuixa la gavina entre les cúpules blaves mentre sopem a la llum de la lluna quasi plena d’Istambul. També recordo la metralla de l’hospital d’Osijek, a prop de Vukovar, ciutat abandonada per aquella gent enclenxinada, de camisa de fil, màniga llarga i arremangada, sabates enllustrades i ulleres de sol, que es prenen un expresso en l’última àrea de servei a quatre passes del seu cotxe de luxe abans no entren a Mónaco. Continuo mirant el mapa i si pogués us faria ensumar les espècies del bazar egipci, assaborir la suavitat d’aquell gelat de iogurt, tastar l’entrepà de peix davant del mar Marmara o us faria veure com un mateix riu balla al voltant de ciutats i boscos de països tan diferents, extensions infinites de vinyes, blat de moro, gira-sols o civada. Però després de devorar més de 6800 km, mirar les més de 300 fotografies o llegir el petit diari del periple, encara no sé que explicar-vos, i és aleshores quan a punt d’anar a regar el meu petit llimoner i quedar-me embadalit amb les gotes d’aigua mentre cauen de les fulles, penso en el bany del darrer dia a Cap Ras, racó secret de bons amics...

lunes, 28 de julio de 2008

Si em torno a casar

A la platja de Chesil, Ian McEwan (1948)

El vent, que va canviar la direcció o es va intensificar, els va fer sentir el so d’onades més petites que trencaven amb més freqüència, com una trencadissa llunyana. La boira s’aixecava i en alguns trams descobria el contorn de turons baixos que giragonsaven damunt la línia de la costa, cap a l’est. Albiraven una capa llisa, lluminosa i grisenca que hauria pogut ser ben bé la superfície sedosa del mar, o la llacuna, o el cel; feia de mal dir. La brisa alterada va passar entre les balconeres entreobertes portant una temptació, una fragància salina d’oxigen i aire lliure que semblava contrastar amb les tovalles de lli emmidonat, amb la consistent salsa feta amb farina de blat de moro i amb la pesant coberteria de plata ben brunyida que tenien a les mans. El dinar de casament havia estat copiós i llarg. No tenien gana. En teoria res no els impedia abandonar els plats, agafar l’ampolla de vi pel coll i córrer fins a la platja, treure’s les sabates i delectar-se en la seva llibertat.

1400 milions


Xicra aportada per Quique Viñas

lunes, 21 de julio de 2008

Càller

Mal de pedres, Milena Agus

Llàstima per Càller, pels carrerons estrets i foscos de Castello que de sobte s’obrien a un mar de llum, llàstima per les flors que havia plantat i que inundarien de colors la terrassa del carrer Manno, llàstima per la roba estesa al vent de mestral. Llàstima per la platja del Poetto, llarg desert de dunes blanques per sobre de l’aigua límpida que caminaves i caminaves i no es feia mai fonda, i els bancs de peixos nedaven entremig de les cames. Llàstima pels estius a la caseta de platja de ratlles blanques i blau cel, pels plats de malloreddus amb sofregit de tomàquet i botifarra després del bany, llàstima pel seu poble, amb l’olor de les xemeneies, dels porquets i dels xais i d’encens a dins de l’església quan anaven a visitar les germanes durant les festes.

lunes, 14 de julio de 2008

My love


Xicra aportada per Ana Mª Pablo

Administrar el temps

Momo, Michael Ende (1929-1995)

Pero la realidad era muy otra. Es cierto que los ahorradores de tiempo iban mejor vestidos que los que vivían cerca del viejo anfiteatro. Ganaban más dinero y podían gastar más. Pero tenían caras desagradables, cansadas o amargadas y ojos antipáticos. Ellos, claro está, desconocían la frase: ¡Ve con Momo! No tenían a nadie que pudiera escucharles y les ayudara a volverse listos, amistosos o contentos. Pero incluso si hubieran tenido a alguien así es más que dudoso que jamás hubieran ido a verles, a menos que hubiera podido resolver la cuestión en cinco minutos. Si no, lo habrían considerado tiempo perdido. Según decían, tenían que aprovechar incluso los ratos libres, con lo que tenían que conseguir como fuera y a toda prisa diversión y relajación.
Así que ya no podían celebrar fiestas de verdad, ni alegres ni serias. El soñar se consideraba, entre ellas, casi un crimen. Pero lo que más les costaba soportar era el silencio. Porque en el silencio les sobrevenía el miedo, porque intuían lo que en realidad estaba ocurriendo con su vida. Por eso hacían ruido siempre que los amenazaba el silencio. Pero está claro que no se trataba de un ruido divertido, como el que reina allí donde juegan los niños, sino de uno airado y pesimista, que de día en día hacía más ruidosa la ciudad.

Quan un canvi

Los caminos perdidos de África, Javier Pérez Reverte (1944)

Me dormí eufórico, pensando en el viaje hacia un territorio ignorado que comenzaba al día siguiente. Mientras intentaba conciliar el sueño, sentía algo parecido a aquello que el explorador Richard Burton explicó con tino, en su diario de 1856, cuando hablaba de un viaje a tierras desconocidas: “Al librarse con poderoso esfuerzo de los grilletes de la costumbre, del peso plúmbeo de la rutina, de la capa de muchas preocupaciones y la esclavitud del hogar, el hombre se siente nuevamente feliz. La sangre fluye con la rápida circulación de la infancia… De nuevo amanece la mañana de la vida”.

miércoles, 2 de julio de 2008

Rebre una felicitació

Esmorzar una “piruleta”
M’ha de dur molt bona sort
És vermella, i és dolceta
I té la forma d’un cor

Quan la menges t’encomanes
De tot el que ella desprèn
El vermell, és el coratge
La dolçor, el que desitgem
I el cor, que llepem amb deliri
És el motor que ho empeny


Gràcies
Per molts anys , molts petons


Xicra aportada per Montse Padrós

lunes, 30 de junio de 2008

Lliure i sense compromís

El salze cec i la dona adormida, Haruki Murakami (1949)

L’endemà vaig presentar la meva renúncia a la feina. A l’encarregat li havien arribat rumors, i em va dir que de moment s’estimava més prendre-s’ho com una absència prolongada. Als meus companys els va sorprendre que plegués, però cap no va intentar fer-me canviar d’opinió. Un cop vaig fer el pas, em vaig adonar que no era tan difícil com em pensava. Si t’ho planteges seriosament, al món no hi ha gaires coses que no puguis deixar. De fet, potser no n’hi ha cap.

lunes, 23 de junio de 2008

L'home de gel

El salze cec i la dona adormida, Haruki Murakami (1949)

Jo em vaig enamorar de l’home de gel. Ell també m’estimava. Estimava la persona que era jo en aquell moment, sense tenir en compte ni el passat ni el futur, i jo estimava la persona que era ell en aquell moment, encara que no tingués ni passat ni futur. Era fantàstic. En aquell moment no em plantejava què volia dir estimar un home de gel, i em sembla que tampoc no m’ho hauria plantejat si l’home a qui hagués estimat no hagués estat de gel.

El mirall

El salze cec i la dona adormida, Haruki Murakami (1949)

Quan va sortir el sol, el tifó ja havia passat. El vent havia parat i el sol escalfava de valent. Em vaig dirigir a l’entrada. A terra hi havia el sabre i la cigarreta que m’havia caigut dels dits, però ni rastre del mirall. No hi havia estat mai. En aquella paret mai no hi havia hagut cap mirall.
O sigui que no vaig veure cap fantasma. El que vaig veure no va ser altra cosa que jo mateix. Tot i així, m’és impossible oblidar la por que vaig sentir aquella nit. I sempre que me’n recordo, penso que la cosa més terrible que hi ha en aquest món som nosaltres mateixos. ¿No trobeu?

lunes, 9 de junio de 2008

Una mar

Eddie would go, Stuart Holmes Coleman

Waimea Bay is like a beautiful woman, and I had my time with her. When I drive around that Bay, I see these guys pouring down the side of her waves. She’s turned her favours, she’s caressing some other young guy. We get older, yet she stays the same. I just aprecciate the times she smiled at me. Eddie had his time with her, and now some younger guys are having their time.

Ja no sé escriure...

Comiat, Josep Palau i Fabre (1917- 2008)

Ja no sé escriure, ja no sé escriure més.
La tinta m’empastifa els dits, les venes...
- He deixat al paper tota la sang.
¿On podré dir, on podré deixar dit, on podré inscriure
la polpa del fruit d’or sinó en el fruit,
la tempesta en la sang sinó en la sang,
l’arbre i el vent sinó en el vent d’un arbre?
¿On podré dir la mort sinó en la meva mort, morint-me?
La resta són paraules...
Res no sabré ja escriure de millor.
Massa a prop de la vida visc.
Els mots se’m moren a dins
i jo visc en les coses.


Xicra aportada per Montserrat Arnau

Aquiles

Ilíada, Homero (Ὅμηρος Hómēros; c. segle VIII adC )

Como el maravilloso fuego estalla en las profundas cañadas de un agostado monte, y el espeso bosque se incendia, y los remolinos de viento esparcen las llamas por doquier, así corría furioso por doquier con la pica, como una deidad, acosando a sus víctimas, y la sangre fluía por la negra tierra. Como cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebada, que pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyes, así los solípedos caballos a las órdenes del magnánimo Aquiles pisoteaban cadáveres y broqueles. Debajo el timón estaba entero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja, hasta donde llegaban las gotas que despedían las equinas pezuñas y las que procedían de las llantas. Estaba ávido de ganar gloria el Pelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos.

lunes, 19 de mayo de 2008

Tenir 16 anys

Primer amor, Iván Turguéniev (1818-1883)

- ¿Por qué lo hace? –preguntó Lushin.
- ¿Y qué me puede ocurrir?
- ¿Qué le puede ocurrir? Pues que pille un resfriado y se muera.
- ¿En serio? ¿Es posible? Bueno, pues tal día hizo un año.
- ¿Así de sencillo? – rezongó el doctor.
La madre se retiró.
- Así de sencillo –repitió Zinaida-. ¿Tan divertida le parece la vida? Mire usted a su alrededor. ¿Qué tal? ¿Le parece bien? ¿O se ha creído que yo no lo entiendo, que no lo noto? Para mí es un placer beber agua con hielo y usted pretende convencerme con toda seriedad que una vida como ésta merece que no se la arriesgue por un instante de placer… sin hablar ya de felicidad.






Pero yo no pensaba en nada ni en nadie determinado. No paraba de hacer cábalas y buscaba lugares solitarios. Les había tomado singular afecto a las ruinas del invernadero. Encaramado en lo alto del muro, allí estaba sentado, como jovenzuelo desdichado, solo y triste, dándome pena de mí mismo. Pero ¡qué placer encontraba en aquellas dolorosas abstracciones, cómo me embriagaba con ellas!

viernes, 16 de mayo de 2008

Pensión compleja

Pensión compleja, Risto Mejide (1974)

El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras.Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar.

Xicra aportada per Ester Baudet

sábado, 10 de mayo de 2008

En el sofà de casa

Tanco els ulls i cerco en els racons de la memòria les sortides en caiac. Recordo, per fruir d’aquells moments en la meva imaginació. Per anar omplint el meu rebost de xicres de plaer. M’endinso en el món dels somnis i la fantasia, on la realitat es confon amb el desig. I començo a viatjar, tot lliscant, ... per percebre les carícies de la sorra de la platja d’Ocata quan camino i l’abraçada fugissera contra les ones, per amarar-me fins el moll de l’os en una rebolcada passional amb la mar i desencofrar el meu cos embegut en el neoprè. Per la descàrrega de sal despresa en la dutxa i l’olor de la marinada. Per pentinar les barbes del vell Neptú. Vull estar enmig d’enlloc, on la sensació de llibertat, creure que estic sense límits, i sense ningú. On la cara i les mans es glacen a l’hivern, on l’abraonament sobtat d’una tramuntana no em deixa tornar i les moixaines d’una pluja d’abril em sequen les llàgrimes d’enuig i així ser espectador de les escames infinites que ens regala el sol de l’alba ...
- Papa!!!, que no ens acompanyes a l’esplai?
- Eh? Sí, ara anem. Em rento la cara i marxem.

Carícies

Xicra aportada per Eduard Solé

Un vell

Un viejo, Konstantinos Petrou Kavafis (1863-1933)

En el fondo de un bullicioso café,
inclinado sobre la mesa, está sentado un viejo;
con un periódico delante, sin compañía.

Y en el abandono de su triste vejez,
medita cuán poco gozó de los años
en qué aún tenía vigor, verbo y belleza.
Sabe que ha envejecido mucho; lo siente, lo ve.
Y sin embargo, el tiempo en que fue joven le parece
ayer. ¡Qué poco tiempo hace, qué poco tiempo!

Ve cómo de él se burló la Prudencia
y cómo en ella fio siempre -¡qué locura!-
que falaz decía: “Mañana. Tienes mucho tiempo”.

Recuerda impulsos que contuvo y tanto
gozo como sacrificó. Cada ocasión perdida
se burla ahora de su sensatez sin seso.

... Pero de tanto pensar y recordar,
el viejo cae aturdido. Y se duerme
apoyado en la mesa del café.

Un matí qualsevol

Surto lleganyós de casa, les ulleres brutes i els quatre pels que tinc mal orientats. M’he tallat a l’afaitar-me; segur que em deixo el tros de paper de wàter enganxat a la ferida fins l’hora del cafè . La corbata té una taca. Un mitjó blau i l’altre negre; me n’adono quan el botó dels pantalons s’esfilagarsa mentre em cordo les sabates sense raspallar, i la carmanyola mal tancada em vessa l’oli del lluç a la bilbaïna. Plou i no porto paraigües. Ja són les vuit, faig tard i només falten quatre minuts perquè passi el tren farcit de gent molla, i se m’emboirin les ulleres a l’entrar, aniré dret i no podré acabar de llegir el llibre perquè tindré la mala sort de ...

-Bon dia.
-Bon dia! (Fins abans de veure’t hi havia alguna possibilitat) .
-Quina casualitat.
-Si, si. Ara feia temps que no ens vèiem (Tampoc en tenia cap necessitat) .
-Cap al tren? A treballar?
-Sí, senyor. (Cap on vols que vagi, a la platja, a treure el caiac?).
-Quin temps tindrem avui?
-Diuen que després d’aquestes quatre gotes sortirà el sol (Efectivament: no hi ha tema de conversa).
-... ixxx! Llàstima, perdrem el tren per ben poc; i sembla que va buit.
-No passa res. N’hi ha cada cinc minuts. A més, així podrem xerrar una estona (De què? De les vacances d’estiu? De la berbena de Santa Rosa al Casino?) .

Si a l’andana estigués el meu germà, tindria l’excusa perfecte per desempallegar-me d’aquest dropo; o potser baixa d’aquí a un parell d’estacions ...

-Mira! El teu germà.
-És veritat. Anem (El coneix. Ara ja no hi ha remei).
-Si, anem. A veure que ens explica (Això ja no ho suporto més. Un l’aguanto, però els dos germans junts, pot ser infernal. Són ells tan savis i graciosos! Sobretot quan s’han deixat el paper de wàter enganxat a la ferida! Ja!).

jueves, 24 de abril de 2008

Un regal del Poeta d'Hostafrancs

Pels dilluns escriu aviat,
i cada mot un gest,
cada frase una mirada.
Escriu cada dilluns aviat
i en tant que puguis
omple el buit de les paraules.
Cada síl·laba un poc
de la persona animada.

Xicra aportada per Jordi Brufau

Llibertinatge

El llibertí, Eric Emmanuel Scmitt (1960)

DIDEROT (amb nostàlgia)
Tu ets com tots els joves: esperen el gran amor i la filosofia autèntica. En singular. Tot en singular. És aquest, el defecte de la joventut: el singular. Us penseu que només hi haurà una dona i una moral. Ah, la passió de les idees simples, quant de mal que ens pot arribar a fer, a tots plegats! ... Però no existeixen ni una única dona ni una única filosofia. I si mantens el cap clar, hauràs de papallonejar. Com decidir l’indecidible? Transformar les hipòtesis en certeses, quina pretensiositat! Desempellagar-se de totes les idees per una de sola! El fanatisme no té un altre origen que aquest. Sigues lleuger, amic Baronnet. Abandona el teu talent al seu llibertinatge. Vés-te’n a dormir amb la d’aquí, desperta’t amb la d’allà –parlo de les idees-, deixa la d’aquí per una altra, ataca-les totes, no et lliguis a cap d’elles.

Des del punt de vista de l’individu, Diderot afirma una moral permissiva i llibertària. Tot és permès excepte allò que ens perjudica, a un mateix i als altres. Ja no hi ha referents divins ni religiosos dels quals haurien de dependre els nostres comportaments. ... El matrimoni no s’ha d’entorpir amb un absurd jurament de fidelitat, perquè el desig és diferent, plural, canviant, i limitar-lo seria contra natura.

lunes, 14 de abril de 2008

Cançó de bressol

Cancioncillas del jardín del Edén, Dona, dona, Sholem Secunda (1894-1974)

Es un ternerito subido a un carro,
atado con una cuerda.
Allá arriba, en el cielo, un pajarillo vuela,
se divierte y revolotea por todas partes.
El viento ríe en los trigos,
ríe y ríe y ríe.
Ríe todo el día y la mitad de la noche.
Dona, dona, dona, dona, …
El ternerillo muge, el campesino le dice:
- ¿Quién te manda ser un ternero?
Podías haber sido un pajarillo.
Podías haber sido una golondrina.
A los pobres terneros se les ata
y se les lleva al matadero.
Pero el que tiene alas puede volar lejos.
Y no es esclavo de nadie.

Om

Siddharta, Hermann Hesse (1877-1962)

Pues ahora veía a los hombres con otros ojos: quizá con menos altivez e inteligencia que antes, pero en cambio con más calor, curiosidad e interés. Cuando transportaba viajeros comunes y corrientes –hombres niños, mercaderes, guerreros, mujeres del pueblo-, ya no los sentía tan lejanos como antes: los comprendía, comprendía y compartía su existencia no guiada por ideas u opiniones, sino exclusivamente por instintos y deseos, y se sentía uno de ellos. Aunque se hallara próximo a la perfección y aún se resintiera de su última herida, tuvo la impresión de que esos hombres niños eran sus hermanos; sus vanidades, deseos y absurdos caprichos habían dejado de ser ridículos a los ojos de Siddharta. Sí, le parecían comprensibles y dignos de estimación e incluso de respeto. El amor ciego de una madre por su hijo, el orgullo insensato y ciego de un padre presumido por su único hijito, el afán desenfrenado e incondicional de una joven frívola por adornarse y atraer las miradas admirativas de los hombres, todos estos impulsos, todas estas chiquilladas, todos estos instintos y apetitos simples y necios, pero increíblemente fuertes y llenos de vida, de una eficacia intensísima, todas estas cosas no eran ya para Siddharta simples chiquilladas. Se dio cuenta de que los hombres vivían por ellas: por ellas los veía realizar proezas gigantescas, hacer viajes, declarar guerras, sufrir padecimientos infinitos, soportar toda suerte de fatigas; y justamente por eso ahora podía amarlos; en cada uno de sus actos y de sus pasiones descubría la vida, lo animado, lo indestructible, el Brahma. Dignos de amor y admiración eran estos hombres por su ciega fidelidad, por su fuerza y tenacidad no menos ciegas. Nada les faltaba. El sabio o el pensador sólo los aventajaba en un detalle único e insignificante: la conciencia, la concepción de la unidad de todo lo viviente. Y el mismo Siddharta llegaba a preguntarse a veces si este conocimiento, si esta concepción eran realmente tan valiosos como se creía, si no serían a su vez una chiquillada de los hombres pensantes, de los hombres niños pensantes. En todo los demás aspectos los hombres mundanos eran iguales a los sabios y a menudo hasta superiores a ellos, del mismo modo que los animales, dada la seguridad infalible con que cumplen ciertos actos dictados por la necesidad, pueden parecer, en muchos casos, superiores a los hombres.


Xicra aportada per la Condesa Olenska

lunes, 31 de marzo de 2008

Tres fragments de vellesa en la residència

No hi ha hora, ni moment ideal. Ve quan ve. És de les poques coses que no pots escollir. I quan et ve a buscar has de marxar amb ella. No té espera.
El pitjor del cas és veure com la gent ho accepta, com miren la teva marxa, sense canviar res de la seva rutina, perquè tampoc poden canviar-la, no hi ha res a fer. Perquè saben que també els hi tocarà. Però el més cruel és saber que estan allà asseguts, literalment asseguts, repetint els mateixos moviments fins l’infinit, comptant les rajoles de l’habitació, recordant trossos del passat, ensumant la mateixa flor de plàstic tot el dia, mirant quan quiets estan els núvols de la litografia, plegant el tovalló de paper una vegada rere una altra, acariciant-se la mà que ningú acaricia, estimant una nina de porcellana que ningú estima, besant una fotografia de la filla que no ha pogut venir, estan esperant el moment; perquè si estan allà és per això, no per res més. Si entren, ja no surten. És una sensació d’angoixa, claustrofòbia. Estar viu dins el taüt. I per molt que rasquis la caixa, l’esgarrapis, continues dintre. Ni una escletxa de llum, ni un bocí d’aire fresc. És un vagó cap a l’aniquilació. Potser forma part d’un extermini ocult. Però això sí, ben empastillat per no deixar d’estar assegut comptant les rajoles de l’habitació, recordant trossos del passat, ensumant la mateixa flor de plàstic tot el dia,...


- Com va?.
- Amb molt dolor. Tot el dolor que pots sentir quan saps que estàs empresonat . Amb el cap clar i prou coneixement per saber de la teva dependència, i que no sortiràs d’aquest lloc estrany. Lluny de casa i dels teus. Dia rere dia, hora rere hora, minut rere minut. L’angoixa de la no llibertat. Doncs així és com em va.


I amb els ulls desorbitats cridava pel dolor imaginari que li proferien aquelles bates blanques que passejaven a la llunyania de la seva ment. Un crit que demanava pietat, necessitava sentir-se lliure per alguns instants. No podia fugir d’aquelles cadenes més fortes que qualsevol acer, que la tenien lligada en un racó de la seva consciència. Salveu-la, si us plau. Renunciava a la seva dignitat, al seu orgull, per assaborir moments de felicitat. Donem-li, fins i tot si cal, l’odiable compassió dels vençuts perquè tingui una xicra de plaer.

Mestral Fort, Kastas


Xicra aportada per Jordi Gallego, fotografia de Marc Durà

Moments de passió

La gata sobre la teulada de zenc calenta, Tenessee Williams (1911-1983)

Saps?, si jo cregués que no has de fer-me l’amor mai més, mai més, baixaria a la cuina, cercaria el ganivet més llarg i esmolat que hi hagués i me l’enfonsaria al mig del cor, t’ho juro, que ho faria!
Però a mi em manca l’encant del vençut, encara sóc dalt del ring i estic disposada a guanyar! Què ha de fer la gata damunt la teulada de zenc calenta? ... Tant de bo ho sabés ... Suposo que s’hi ha de quedar tant de temps com pugui ...

jueves, 20 de marzo de 2008

Encara estarem vius

Camí de sirga, Jesús Moncada (1941)

Els llaüters començaven a distingir els tripulants abocats a la barqueta; eren, efectivament, l’enginyer Ponç, director d’una indústria química de Flix, i la seva dona. El matrimoni aprofitava sovint el vent de mar per enlairar-se amb el baló i remuntar l’Ebre. Quan el globus es trobava al recte de l’arbre del llaüt, van sentir la veu de l’aeronauta:
- Nelson, Nelson! ¿Em sents, pirata del dimoni?
- Sí, senyor enginyer! ¿Què hi ha?
- Us veig molt tranquils. ¿Que no ho sabeu?
- ¿Què hem de saber?
- Hem guanyat! El rei ha fotut el camp a l’estranger i acaben de proclamar la República! Visca!
- Visca! – havia corejat la tripulació del Neptú.
El vent allunyava ràpidament el globus. Encara sentiren un altre crit de victòria de l’enginyer i van veure onejar el mocador de la seva dona. Però l’Arquimedes Quintana, que tantes vegades havia proclamat la República en les nits enyorades de L’Edèn, no va adonar-se de res. Entre ell i les coses havia passat la dalla invisible de la mort.

Gràcies, senyor

Camí de sirga, Jesús Moncada (1941)

Mentrestant, el Romaguera replicava a l’alcalde. Sense abaixar la cresta, el terratinent condemnava altres perills de la llepra dels diners, deia penjaments dels minaires, preveia conflictes fins i tot a la fàbrica d’extracte, model de pau fins aleshores. ¿Qui pararia més endavant els obrers si de bon principi no atallaven les seves pretensions? S’havia de fer entendre a la púrria que havien d’agrair el sou que rebien; s’havia de desarrelar –insistia, inquisitorial i amarg, amb el suport pompós del baró- la mala herba ...

Hipocresia

Wagons-lits, Joan Agut (1934)

Mentre que a Alemanya els nazis es feien netejar les botes a llepades pels malaurats jueus, a París, Londres i Nova York la bona gent omplia els cinemes i teatres i al Vaticà pensaven en una altra cosa. El món, ja ho he dit, no m’agrada, però és el que m’ha tocat viure i un no pot renegar del seu temps.

Amor sense sexe

Wagons-lits, Joan Agut (1934)

Va ser una nit estranya. Ni la Zelda ni jo no vam dormir. Ens vam passar hores i hores abraçats, besant-nos amb tendresa, immersos en el silenci. Els nostres cossos s’ajustaven com si formessin part d’un mateix organisme, encara que no féssim l’amor. Tampoc no parlàvem. Ens limitàvem a lliscar pels meandres del silenci, com dues fulles unides que s’endú el riu. Mai no havia experimentat una pau tan profunda. No pensava en res, com si tot d’una la ment s’hagués congelat. M’abandonava a l’abraçada que defugia el pas del temps, en una mena d’instant etern. Era com assaborir la immanència de l’ara. Tenia la sensació de viure un miratge o un miracle que es produïa al marge de la voluntat.

lunes, 25 de febrero de 2008

Llibertat

Wagons – lits, Joan Agut (1934)

El Der blaue Uhu anava a tota vela. Cada nit feien ple i els dissabtes eren una bogeria. La cervesa i l’aiguardent corrien com l’aigua, i el whisky i el xampany els anaven al darrere. Si hagués hagut de jutjar Berlín i Alemanya per la vida que bullia sota les arcades de la casa medieval, hauria afirmat que vivíem en el millor dels móns possibles. Gaudíem del goig de la llibertat i la despreocupació. Formàvem part d’una gran família l’única pàtria de la qual era l’univers sencer, on les diferències de nacionalitat, raça o llengua augmentaven l’atractiu dels joves que s’abandonaven en braços del jazz.

lunes, 18 de febrero de 2008

Invitando a la catástrofe

Prólogo de Rodrigo Fresán (1963) a Drácula de Bram Stoker (1847-1912)

Una puerta se abre y allí lo espera un hombre alto, de bigote canoso, vestido de negro. Es Drácula, y Drácula dice: “! Bienvenido a mi casa! ¡ Entre libremente y por su propia voluntad!”. Y Drácula agrega: “ Bienvenido a mi casa. Entre libremente. Marche sano y salvo … ¡ Y deje algo de la felicidad que trae consigo!”.

En este sentido, siempre me maravilló esa maniobra protocolar y acaso más intuitiva que razonada de Stoker: la idea de que es uno quien siempre invita a la catástrofe. Y que, como afirma Van Helsing en uno de los tramos más interesantes de la novela es el vampiro quien debe ser invitado a nuestras casas porque, hasta que no lo hemos hecho nosotros, él no puede atacarnos en la seguridad del hogar ajeno. Invitar al vampiro equivale creer en él. Y una vez que le hemos abierto la puerta, estamos perdidos, contagiados, invadidos. Así, no es el vampiro quien elige sus víctimas, sino las víctimas quienes, consciente o inconscientemente, eligen al vampiro.


Xicra aportada per la Condesa Olenska

lunes, 11 de febrero de 2008

11 de febrer del 2008

Em sento buit. Sense aire. Ha passat pel meu costat a tota velocitat. I he tingut molta por. El següent seré jo. No et dones compte que no estàs preparat fins que arriba aquest moment. Tots els profunds pensaments de la Vida: la recerca de la felicitat, la preparació de la mort, el valor de l’amistat, i la família. La poca importància de la matèria. I el Carpe diem.
Són plantejaments hipòcrites i prepotents que només funcionen quan tens tot el que reclames com a superflu?. Sóc fràgil i segueixo tement el futur i la inseguretat davant del què passarà. Tinc pànic a no saber renunciar el que crido als quatre vents com innecessari.
Continuen funcionant els trens, les cançons de RAC 105 són les mateixes que la setmana passada, demà tinc visita d’obra, el sol tornarà a sortir demà un minut abans que avui i es pondrà un minut més tard que ahir. I cada dilluns procuraré aportar una xicra de plaer.
Espero però, no oblidar el dia d’avui.

Orfeo

El castell del bosc, Norman Mailer (1923-2007)

Mentre escoltava aquella música que acompanyava el seu humor d’una manera tan escaient, tan gloriosa, tan ambiciosa, tan agosarada, Alois es va permetre, enmig de la foscor, fer brollar algunes llàgrimes de felicitat davant d’una vida ben viscuda, i aquells sentiments van mesclar-se tan adequadament amb els sons finals de Lohengrin que les mans li van quedar vermelles de l’èmfasi amb què va aplaudir la companyia d’aquella òpera de segona categoria.

lunes, 4 de febrero de 2008

De camí a Troya

Ilíada, Homero (Ὅμηρος Hómēros; segle VIII adC)

Al punto descendió de la escabrosa montaña, caminando a raudas zancadas. Temblaban los extensos montes y el bosque bajo los inmortales pies de Posidón, según iba avanzando.

Tres veces tendió el paso y a la cuarta llegó a su meta, Egas, en cuyos encharcados abismos sus lustres moradas están construidas, chispeantes de oro y siempre inconsumibles.
Una vez allí, unció al carro dos caballos, de pezuñas broncíneas, vuelo ligero y crines áureas que les ondeaban.
Se vistió de oro su cuerpo, asió la tralla áurea, bien fabricada, montó en el carro y partió sobre las olas.
A su paso los monstruos marinos hacían fiestas con cabriolas desde sus cubiles por doquier, y nadie ignoró a su soberano.
El mar se hendía de alegría abriendo paso; los caballos volaban muy ágilmente, y debajo el broncíneo eje ni siquiera se mojaba: así lo llevaban los caballos, de ágiles brincos, a las naves de los aqueos.

lunes, 28 de enero de 2008

Vull ser el teu esclau, amor

El amante lesbiano, José Luís Sampedro (1917)


Cuando él no está, cuando me ha dejado en mi palomar para atender sus tareas de varón poderoso, dejo de verle, pero no de tenerle. No sólo le hace presente mi memoria, evocando con pasión sus palabras, gestos, caricias, abrazos, deseos, órdenes en la noche; es aún con más fuerza mi propio cuerpo quien por sí mismo retiene en mi carne, en mi piel, en mis sentidos, las huellas de su voluntad moldeándome. Sigo sintiendo besos, susurros, penetraciones, roces, ímpetus, deleites, suavidades que ya fueron, pero que mi carne retiene contra el olvido, como en los heridos queda la sensación del miembro hace mucho amputado. ¡Oh, Zadar: Me has hecho tan tú que yo me disiparía en nada si se evaporasen esas marcas de tu posesión! Me has vaciado de mí y sólo de ti estoy lleno.

lunes, 21 de enero de 2008

La mort

Coplas a la muerte de su padre, Jorge Manrique (1440-1479)

[III]
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu’es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e los más chicos;
allegados son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.