Tokio Blues, Haruki Murakami (1949)
Ellos preferían a Kazumi Takahashi, Kenzaburo Oe, Yukio Mishima, o a novelistas franceses contemporáneos. Así pues, no tenía este punto en común con los demás, y leía mis libros a solas y en silencio. Los releía y cerraba los ojos y me llenaban de su aroma. Sólo aspirando la fragancia de un libro, tocando sus páginas, me sentía feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario