Más de un siglo se alarga el día, Chinguz Aitmátov (1928-2008)
Del agua el sabor fresco siente el caballo fogoso,
cuando baja al río que corre por las montañas.
Y yo, cuando cabalgo hacia ti
para descabalgar hasta tus labios,
siento el placer de la existencia en el mundo...
Más de un siglo se alarga el día, Chinguz Aitmátov (1928-2008)
- Ajá, es otra idea. Alrededor nadie ni nada -con los ojos entornados, calibrando algo, musitó el interventor-. Y tú eres libre de ser tú mismo, alrededor nadie ni nada, es otra idea... Eres libre de ser tú...
Más de un siglo se alarga el día, Chinguz Aitmátov (1928-2008)
Y como más tarde comprendió Ediguéi, a solas con el silencio sarozeko únicamente podía quedarse quien fuera capaz de conmensurar la grandeza del desierto con su propio espíritu. Sí, las estepas sarozekas eran inmensas, pero el pensamiento vivo del ser humano puede constreñirlas.
La pluja fina amoixa les flors.
Llàgrimes suspeses reflectint els colors.
La primavera mandreja, a punt d'esclatar.
Els meus ulls et miren sense poder-te copsar.
Idriss, la joven de Bujará (Hermínia Mas, 1960)
Cuando era pequeña, me enseñaste que en esta vida podemos perderlo todo: las joyas que hemos comprado, las casas donde hemos vivido, todo cuanto poseemos y que hemos ido ganando con nuestro esfuerzo... Pero la felicidad, los momentos felices que hemos vivido no los perderemos jamás, pues siempre podremos revivirlos en nuestra mente. Nunca perderemos los buenos recuerdos, padre.
Els contrabandistes de llibres de Darayya, autora Delphine Minoui
Ni la guerra ens humanitza. Ni la misèria és capaç d'extirpar-nos els prejudicis, ni fer-nos renunciar als nostres estúpids discursos i idees totalitàries.
Només en el silenci de la nit, tastaré la solitud que em pot consolar d'aquest desert tan erm que s'esfondre amb el temps. Esperant que m'engoleixi la melangia abans d'anar a dormir, escoltant Diego El Cigala...
Soledad, fue una noche sin estrellasCuando al irte me dejaste tanta pena y tanto malSoledad, desde el dia que te fuisteen el pueblo solo existe un silencio conventual
Muerte en Persia, Annemarie Schwarzenbach (1908-1942)
¿Recuerdas las horas de nuestra paz imperturbable, las horas que a solas pasamos en mutua compañía?¡Qué triunfo! Ambos tan libres y orgullosos, tan vivos, florecientes y rutilantes de alma y corazón, de gesto y semblante, ¡ambos unidos en aquella paz celestial!
