Dublinesca, Enrique Vila-Matas (1948)
El libro habla de la euforia que le provocaba a Behan aquella enérgica ciudad en la que, al caer la tarde -seguramente la tarde de su propia vida-, se le hacía siempre patente que a fin de cuentas lo único importante en este mundo es "tener algo que comer y algo que beber y alguien que te quiera".
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